Ahora que viene Navidad y que hay que pensar qué regalamos a los niños de nuestra familia, es útil tener unas líneas básicas de guía y de información para que nuestros regalos sean apropiados al niño, a su edad y a sus necesidades.
Como sabemos, estamos viviendo la década de la tecnología, y especialmente, los videojuegos. Se anuncian en la televisión cada dos por tres y los niños parecen no querer otra cosa, obligando a los padres y demás familiares a desembolsar una cantidad de dinero superior a la deseada, pues como sabemos, estos productos no se caracterizan por ser baratos, precisamente.
El primer factor a tratar es la carta que los niños elaboran para los Reyes Magos. En ella, ponen todo lo que quieren sin importarles el dinero que cuestan, quien se lo va a encargar a los Reyes y lo que les puede proporcionar ese tipo de regalo. Ahora, de acuerdo a la época en la que nos encontramos y las modas crecientes que inundan el tiempo libre y los anuncios de juguetes, lo que más podemos encontrar en dichas cartas son videojuegos y/o videoconsolas.
¿Cómo podemos evitar esto? Con la mediación de los padres.
Lo ideal es que el niño confeccione la carta en compañía de los padres, a poder ser, unos padres con cabeza. Está claro que es una festividad donde debemos regalarle al niño lo que ha pedido, pero debemos intentar que la carta sea lo más variada posible. Así como una buena alimentación necesita una gama distinta de nutrientes, la carta también debe tener una gama completa de elementos; tan importante es cuidar la salud física del niño como la salud mental.
¿Esto que quiere decir? Que antes de confeccionarla, habrá que establecer las categorías. Una buena carta podría incluir:
-2 artículos de electrónica (juegos, videoconsolas...) (El tema referente al precio lo trataremos más adelante).
-2 juegos de mesa
-2 libros de lectura
-2 piezas de ropa
-3 juguetes manuales (muñecos, coches...)
-3 juguetes educativos
...
Hay 2 factores muy importantes para que el niño esté satisfecho con la carta y sus regalos:
A)La cantidad de elementos que se pide en cada categoría debe estar fijada conjuntamente por los padres y el niño, llegando a un acuerdo claro y objetivo, y asegurandose que el niño lo entiende y está de acuerdo con él.
B)Lo que le regalemos al niño debe ser atractivo para él, es decir; si no suele leer libros, debe ser él el que escoja los libros que quiere para crear una pequeña motivación que le impulse a leerlos. Además, si los elige él puede que le sirva como motivación para leer muchos más. De la misma manera, debe ser él el que elija los juguetes manuales, los juguetes educativos, los juegos de mesa... Los regalos deben ser atractivos para los niños, no para los padres.
Otro aspecto a tener en cuenta son las necesidades de los niños. Por ejemplo, si el niño es bastante solitario y no se suele relacionar, teniendo dificultades para establecer relaciones sociales o vergüenza ante la petición de favores, los regalos deben de ir en la línea de la socialización; los juegos de mesa de más de 2 personas, por ejemplo, son muy útiles para trabajar las relaciones sociales. Puede ser, también, que el niño tenga un déficit en la lectura; para intentar mejorar esto, podemos regalar un juego que, además de requerir un grupo de personas, tenga elementos de lectura o de comprensión. Así, podemos elegir entre una amplia gama de juegos que pueden adecuarse a las necesidades de nuestros niños.
Por último, y no por ello menos importante, hay que tener en cuenta la calidad de los juguetes y juegos que los niños van a recibir; es importante adquirirlos en jugueterías o tiendas especializadas, comprobar que lleva el signo CE y que es adecuado para su edad. Solo así nos aseguraremos total seguridad.
Con la puesta en práctica de estos consejos, el niño tendrá la oportunidad de trabajar, durante todo el año siguiente, aquellas facultades que necesitan un empujón y mejorar las que funcionan correctamente, al mismo tiempo que no renuncia al juego y a la magia de la Navidad.
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